El caso de Carla Bañuelos ha conmocionado a la sociedad jalisciense, especialmente por las similitudes que presenta con el caso de Valeria Márquez, otra víctima de feminicidio en la misma región. En julio de 2023, Jalisco ha registrado ya cinco feminicidios, y la proximidad geográfica entre ambos casos, apenas 31 minutos en automóvil, ha encendido el debate sobre la efectividad de las autoridades en la protección de las mujeres y la resolución de estos crímenes.
Carla, de 28 años, fue asesinada en la colonia Oblatos, en Guadalajara, dejando atrás a su hija de casi 12 años. Su muerte ocurrió de manera brutal, cuando un individuo identificado como Kevin Josué Farías Robles, alias “El Chón”, irrumpió en su vida. Se ha reportado que Kevin había estado acosando a Carla, a quien ella había rechazado en múltiples ocasiones, y que su comportamiento estaba marcado por la obsesión. Las amigas de Carla afirmaron que ella había denunciado el acoso ante las autoridades, pero que no había recibido la protección necesaria.
A pesar de lo lamentable de la situación, la Fiscalía del Estado de Jalisco ha actuado rápidamente en este caso. Se ha emitido una orden de aprehensión contra Kevin, quien ya cuenta con un historial delictivo que incluye detenciones previas por delitos graves. Este hecho ha generado cuestionamientos sobre la atención y los recursos que se han destinado al caso de Carla en comparación con el de Valeria Márquez, cuya investigación ha sido criticada por su falta de avances y transparencia.
El día del asesinato, cámaras de seguridad captaron a Kevin llegando al domicilio de Carla. En las imágenes, se observa su comportamiento errático, sugiriendo que podría haber estado bajo los efectos de drogas o alcohol. A medida que la situación se tornó violenta, Carla salió de su hogar con un martillo y una escoba en un intento desesperado de defenderse, lo que culminó en su trágica muerte a manos de Kevin, quien utilizó un arma de fuego de alto calibre, un hecho que podría estar relacionado con su vinculación a actividades delictivas más amplias.
Los contrastes entre estos casos han levantado interrogantes sobre la respuesta de la Fiscalía y la atención que se otorga a las víctimas de feminicidio en Jalisco. Mientras que en el caso de Carla la investigación ha avanzado rápidamente, el caso de Valeria sigue sin resolverse adecuadamente, lo que ha llevado a la población a cuestionar qué factores influyen en la atención de cada caso.
La comunidad ha comenzado a movilizarse en apoyo a las familias de ambas víctimas, exigiendo justicia y una mayor protección para las mujeres. Se han organizado manifestaciones y se han utilizado plataformas digitales para difundir información sobre los casos y presionar a las autoridades a actuar con mayor seriedad y eficiencia. La voz de grupos feministas también ha cobrado fuerza, buscando visibilizar la problemática del feminicidio y la violencia de género en la región.
La lucha por la justicia en los casos de Carla y Valeria continúa, y la sociedad ha dejado claro que no permitirá que estas tragedias queden en el olvido. Con el respaldo de movimientos sociales y la creciente demanda de respuestas por parte de las autoridades, se espera que tanto el caso de Carla como el de Valeria reciban la atención que merecen, y que se implementen medidas efectivas para proteger a las mujeres y prevenir futuros feminicidios en Jalisco.